Siento nauseas al hablar de este individuo y tengo dudas de si en el fondo busca una notoriedad enterrándose en la basura y pretende que los demás la airemos. La peste es insoportable.
El problema no es Sostres. Este asunto debiera ventilarse en un juzgado de guardia, en donde el Ministerio de Leire Pajín, que ahora mezcla la Sanidad con la Igualdad, debiera poner una denuncia o una querella penal por apología de la violencia de género e incitación y justificación de un delito.
Pero el problema es que sabiendo como se sabe cómo piensa este individuo siga trabajando en la televisión que debiera ser de todos los madrileños, siga teniendo su espacio en un periódico que a veces tiene la tentación de tratar de parecer honorable, cómo es El Mundo.
Si somos tan estrictos con la apología y la justificación del terrorismo, ¿por qué no aplicamos la misma vara de medir a este tipo de individuos.
Esta sociedad es tolerante con los intolerantes y empieza a ser intolerante con la gente honrada.
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